Outdoor Circuits no nació de un plan meticuloso ni de una estrategia de negocio, sino de una pasión pura por el deporte y un deseo de ayudar a las personas con el deporte de la misma manera que me ayuda a mi.
Todo comenzó de una manera muy sencilla. Al principio, mis primeros clientes eran amigos y amigos de amigos.
Ellos fueron quienes me validaron como entrenador ya que cada sesión se convertía en la mejor hora del día. Compartíamos risas, esfuerzo y esa energía que solo se siente cuando logras algo juntos. Me di cuenta de que tenía la capacidad de transformar momentos y, más importante aún, de mejorar el bienestar de quienes confiaban en mí.
El entusiasmo de mis inicios fue increíble. Hacíamos ejercicios en parques, en la calle, aprovechando el mobiliario urbano. Me emocionaba ver cómo las personas progresaban mientras se divertían. No era solo un trabajo; era mi pasión convertida en realidad.
Pero con el tiempo, me enfrenté a una verdad dura: no podía vivir solo de este hobby. Aunque cada clase me llenaba el alma, los ingresos no eran suficientes para llegar a fin de mes. Tenía que compaginar trabajando de camarero, y además entrenar yo, lo que me dejaba agotado y con la sensación de que, a pesar de todo mi esfuerzo, no estaba avanzando.
En un intento por mejorar mi situación, busqué empleo en gimnasios convencionales. Pensé que podría hacer lo que amaba en un entorno más estructurado y con mayor estabilidad financiera. Pero pronto me di cuenta de que no encajaba allí. Los sueldos eran bajos, y las clases, demasiado grandes y preestablecidas, me dejaban poco margen para hacer el tipo de coaching personalizado que consideraba fundamental. Mi visión del entrenamiento era mucho más que repetir ejercicios en masa. Quería conexión, quería ver cómo cada persona se superaba, cómo se forjaban vínculos reales. Además, entrenar en un entorno cerrado me asfixiaba. Había algo mágico en entrenar al aire libre, bajo el sol, disfrutando de la brisa o sintiendo el frío en invierno. Era un reto y, a la vez, un privilegio.
La decisión de dar un paso adelante y crear mi propio espacio no fue fácil. Fue gracias al apoyo de mis amigos, compañeros y mi familia que encontré el valor para hacerlo. Outdoor Circuits nació con una misión clara: ofrecer un espacio al aire libre lleno de potencial, donde cada persona pudiera encontrar su mejor versión, ponerse en forma y, sobre todo, disfrutar.
Aquí, no se trata solo de entrenar el cuerpo; es un lugar donde la mente y el espíritu también se fortalecen, donde los límites se rompen y las metas se conquistan juntos.
Recuerdo que cuando empezamos, quería mantener el espíritu de esos primeros entrenamientos en la calle, donde todo era espontáneo, lleno de risas y desafíos. Desde entonces, hemos crecido, pero la esencia sigue siendo la misma. Cada día trabajamos para que cada persona que pasa por Outdoor Circuits sienta que ha tenido la mejor hora de su día. Que se va a casa no solo con músculos más fuertes, sino con un corazón más ligero y una mente más clara. Y, sobre todo, más cerca de la persona que quieren llegar a ser.
Si estás buscando algo más que un gimnasio, algo que combine esfuerzo, comunidad y diversión, te invito a que te unas a nosotros. Descubre lo que tu cuerpo puede lograr y cuánto puede disfrutar tu mente. Ven a un asesoramiento inicial y empieza a vivir esta experiencia al aire libre que tantos han hecho parte de su vida.
¡Te esperamos con los brazos abiertos y muchas ganas de ayudarte a alcanzar tu mejor versión!
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